Cuando estudias cualquier tema o consideras cualquier filosofía,
pregúntate sólo: "¿Cuáles son los hechos? ¿Y cuál es la verdad que
confirman los hechos?" Nunca te permitas desviarte, o bien por aquello
que deseas creer o bien por aquello que crees que podría tener efectos
sociales beneficiosos en caso de ser creído. Mira única y solamente a
cuáles son los hechos.
¿Acaso no vivimos en una sociedad “patriarcal”?...
Bueno, a menudo, cuando se presentan evidencias de un sesgo
discriminatorio contra las mujeres y las chicas suele eludirse una parte
importante de la historia. La historia de los prejuicios promasculinos
de los padres y madres chinos que prefieren tener hijos varones elude
que los chicos chinos son responsables legales de sus padres y están
obligados a hacerse cargo de ellos cuando son viejos, a diferencia de
las hijas. La historia de la mutilación sexual femenina, o ablación,
terrible como lo es, elude que la mutilación sexual masculina,
o circuncisión, es una práctica todavía más extendida y que se cobra
todavía más víctimas inocentes en el mundo. La historia del “techo de
cristal” que las mujeres no pueden sobrepasar en sus carreras laborales
elude que los hombres y los chicos trabajan frecuentemente sobre un
“suelo de cristal que les hace más propensos para los trabajos arriesgados, peligrosos y desechables.
El hipotético sesgo profemenino permite hacer varias predicciones:
1) Las mujeres tenderán a disfrutar de una mayor expectativa de vida que los hombres; 2) Las mujeres recibirán mayores cuidados médicos; 3) Las mujeres obtendrán una mayor porción relativa de recursos sociales valiosos, desde recursos alimentarios hasta el ocio; 4) Las mujeres participarán menos en actividades arriesgadas, como trabajos que implican riesgos mortales o la participación en la guerra; 5) Las mujeres sufrirán en menor medida que los hombres las consecuencias de la violencia.
Sociedades, como la nuestra, que satisfacen todas o la mayoría de estas predicciones puede decirse que son consistentes con la existencia de un sesgo profemenino donde las mujeres prefieren a las mujeres y los hombres también prefieren a las mujeres (y los políticos prefieren a las mujeres más que nadie). Es posible que las mujeres en nuestras sociedades aún denominadas “patriarcales” estén infrarrepresentadas en términos masculinos de honor y poder, pero cuando tenemos en cuenta otras variables vitales, la vista cambia considerablemente.
Pensar en un sesgo profemenino en una sociedad habituada a pensar sistemáticamente en términos de discriminación contra las mujeres y de “privilegios” masculinos puede resultar poco intuitivo, y en algunos círculos respetables aún puede ser un tabú, pero un conjunto de hechos interesantes parecen contarnos de todos modos una historia muy diferente.
El hipotético sesgo profemenino permite hacer varias predicciones:
1) Las mujeres tenderán a disfrutar de una mayor expectativa de vida que los hombres; 2) Las mujeres recibirán mayores cuidados médicos; 3) Las mujeres obtendrán una mayor porción relativa de recursos sociales valiosos, desde recursos alimentarios hasta el ocio; 4) Las mujeres participarán menos en actividades arriesgadas, como trabajos que implican riesgos mortales o la participación en la guerra; 5) Las mujeres sufrirán en menor medida que los hombres las consecuencias de la violencia.
Sociedades, como la nuestra, que satisfacen todas o la mayoría de estas predicciones puede decirse que son consistentes con la existencia de un sesgo profemenino donde las mujeres prefieren a las mujeres y los hombres también prefieren a las mujeres (y los políticos prefieren a las mujeres más que nadie). Es posible que las mujeres en nuestras sociedades aún denominadas “patriarcales” estén infrarrepresentadas en términos masculinos de honor y poder, pero cuando tenemos en cuenta otras variables vitales, la vista cambia considerablemente.
Pensar en un sesgo profemenino en una sociedad habituada a pensar sistemáticamente en términos de discriminación contra las mujeres y de “privilegios” masculinos puede resultar poco intuitivo, y en algunos círculos respetables aún puede ser un tabú, pero un conjunto de hechos interesantes parecen contarnos de todos modos una historia muy diferente.
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