Había una película rusa, no recuerdo el título, donde un publicista que lo tiene todo un día escucha la llamada de la espiritualidad. Esta llamada le invita a aislarse de la humanidad en las profundidades del bosque y asesinar a una vaca roja a medianoche para poder llegar a ver lo que nadie puede ver. Asesina a la vaca roja y efectivamente, acaba viendo a los seres de otra dimensión alimentandose de la energía de los humanos y bueno, al final acaba destruyendo la publicidad y salvando al mundo de estas entidades.
En el otro caso, Enrique de Vicente, es conocido por fletar un autobús de meditadores organizados dirigido a una catedral francesa, donde al parecer existía un vórtice energético bastante aprovechable para abrir una puerta estelar con la mente durante una alineación planetaria. Al llegar a la catedral tuvieron sus más y sus menos con la gendarmerie y el obispo de la catedral, el cual los acusaba de farsantes ya que allí no había ningún vórtice energético ni ningún acceso a una puerta estelar o portal dimensional que transformaría al género humano.
En cualquier caso, no deja de ser fascisnante el pensamiento mágico y el motivo por el que la gente hace estas cosas.
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