El anarquismo fue un movimiento de masas que arrasó en las mentes de los trabajadores y trabajadoras de principios del siglo XX, en toda la península. De todo eso, poco se sabe o poco se quiere saber. Supuestamente, la sociedad actual contempla toda idea llevada a la práctica como un fraude histórico, del ya clásico "lo nuestro nos lo apoderamos y lo vuestro os lo repartimos".
Esta creencia conduce al nihilismo, o valga la redundancia, al rechazo de toda creencia y a una existencia individual basada en la ley del más fuerte, para someter al más débil, el cuál con enorme agradecimiento, lo acepta. En definitiva, ser complice del sistema para delegar en otros la capacidad de dirigir la existencia, mientras el pueblo (los trabajadorxs) agradecido evoluciona al cerdo bípedo.
El pensador más influyente del anarquismo, o al menos el que más convenció en España, fue Piotr Kropotkin. Su obra
"La conquista del pan", aparecida en 1892 para la sociedad del siglo XX,
fue la guía de referencia y la más exitosa hacia todas las sensibilidades anarquistas. De hecho, Bertrand Russell en su obra
"Caminos de libertad" le resultaba más visionario y profundo Kropotkin que Bakunin. No le faltaba razón porque el colectivismo no funcionó y no funciona.
Aquí expongo su obra concentrada en pocas hojas.
Sin embargo, no podía quedarse fuera la obra más trascendente de Bakunin, a punto de cumplirse su 200 cumpleaños este 30 de mayo. Su obra más trascendente es
"Dios y el Estado", la cual expongo aquí concentrada con una pequeña introducción
de otra obra
"El principio del Estado".
El principio del Estado, una pequeña introducción a Dios y el Estado
Para Bakunin, las funciones políticas y jurídicas son transformaciones de la ficción religiosa, existiendo una evolución en las ficciones religiosas. Hace una crítica de los sistemas de moral enseñados en el pasado, considerándolos exclusivamente socialistas o exclusivamente individualistas.
Lo exclusivamente socialista pertenecería al mundo griego y romano y lo exclusivamente individualista pertenecería a las religiones monoteístas. Se deduce aquí la ausencia de equilibrio en esta evolución.
El mundo griego y romano posee una moral exclusivamente socialista, en el sentido en que sacrifica la individualidad a la colectividad. Cuando la individualidad deja de sacrificarse por la colectividad sucede el colapso. Al adorar a los dioses se adoraba al Estado. La moral enseñada no conocía otra cosa que la salvación, grandeza y gloria del Estado.
Las religiones monoteístas no obligan al sacrifio colectivo. El sacrificio es exclusivamente individual, especialmente en el cristianismo. Únicamente se exige el sacrifico colectivo para exterminar a los paganos que se encuentren en la tierra prometida.
* El salto en la adoración de lo visible hacia lo invisible. La nada es dios. La autoimagen. La adoración de los animales a la naturaleza.
Para Bakunin el comienzo de todo sentimiento religioso es el temor a la naturaleza. Los animales no son inmunes tampoco a ello y adoran a su manera los fenómenos de la naturaleza.
Dice: "no sabemos lo que pueden experimentar hacia otros planetas; pero estamos seguros de que la Luna y sobre todo el Sol ejercen una influencia muy sensible".
El salto que da el ser humano de la adoración visible a lo invisible se realiza mediante el procedimiento de la eliminación, cuyo resultado es el abstracto absoluto, la nada. Es decir, el yo humano vacío de todo lo que es real y vivo. (La nada es el lugar de procedencia del pensamiento y por tanto, de todo lo que existe, pienso).
Para Bakunin, entonces, el hombre religioso que a ama a una divinidad no es otra cosa que autoimagen. Busca amarse a sí mismo, pero glorificado, investido por la omnipotencia e inmortalidad.
En cuanto al Estado, representa la organización del poder cuyo orígen y fin es la conquista. Si no puede realizarlo sueña con ello. La organización del poder no tiene más objeto que la dominación. Servir a su poder en la virtud suprema del patriotismo. Todo lo contrario a sus intereses es declarado criminal. Ningún poder tolera a otro, excepto si está obligado a ello.
Dios y el Estado
* Línea base del anarquismo
Rechazamos toda legislación, toda autoridad y toda influencia privilegiadas, patentadas, oficiales y legales, aunque salgan del sufragio universal, convencidos de que no podrán actuar sino en provecho de una minoría dominadora y explotadora, contra los intereses de la mayoría sometida.
* Materialismo contra idealismo
Tres principios fundamentales constituyen las condiciones esenciales de todo desenvolvimiento humano en la historia, tanto colectivo como individual:
- la animalidad humana (corresponde a la economía social y privada)
- el pensamiento (corresponde a la ciencia)
- la rebeldía (corresponde a la libertad)
El hombre y la mujer no son más que materia que no tiene nada que ver con la materia de la que hablan los idealistas. Se concibe perfectamente el desenvolvimiento sucesivo del mundo material, tanto de la vida orgánica, animal y de la inteligencia históricamente progresiva, individual y social del hombre en este mundo. Es un movimiento por completo natural, de lo simple a lo compuesto, de abajo hacia arriba, de lo inferior a lo superior.
Un movimiento conforme a todas nuestras experiencias diarias y, por consiguiente, conforme a nuestra lógica natural, a las propias leyes de nuestro espíritu.
El idealismo, en lugar de seguir la vía natural de abajo-arriba, de lo inferior a lo superior, de lo simple a lo complejo, sigue el camino de la teología. Proceden de arriba hacia abajo, de lo superior a lo inferior, de lo complicado a lo simple.
* Diferencias entre materialismo e idealismo
El materialismo parte de la animalidad para constituir la humanidad; el idealismo parte de la divinidad para constituir la esclavitud. (aquí el idealista diría que el materialismo parte de la animalidad para constituir la esclavitud y el idealismo parte de la divinidad para constituir la humanidad).
El materialismo niega el libre albedrío y llega a la constitución de la libertad; el idealismo, en nombre de la dignidad humana, proclama el libre albedrío y sobre las ruinas de toda libertad funda la autoridad.
El materialismo rechaza el principio de toda autoridad porque lo considera el corolario de la animalidad y contrario al triunfo de la humanidad, que según él es el fin y el sentido principal de la historia, no es realizable más que por la libertad.
* Teocracias estatales
Siendo Dios el amo, el hombre es el esclavo. Incapaz de hallar por sí mismo la justicia, la verdad y la vida eterna, no puede llegar a ellas más que mediante una revelación divina. Pero quien dice revelación, dice reveladores, Mesías, profetas, sacerdotes y legisladores inspirados por Dios mismo.
Una vez reconocidos como representantes de la divinidad en la Tierra, como los santos institutores de la humanidad, elegidos por Dios, deben ejercer un poder absoluto. Todos los hombres le deben una obediencia ilimitada y pasiva, porque contra la razón humana y contra la justicia de Dios no hay justicia terrestre.
Esclavos de Dios, los hombres deben serlo también de las iglesias y de los estados. He ahí lo que el cristianismo comprendió mejor que todas las religiones que existen o han existido.
* Definición de autoridad. Introducción a la ley natural.
El poder inevitable de las leyes naturales que se manifiestan en el encadenamiento y en la sucesión fatal de los fenómenos tanto del mundo físico como del mundo social.
Contra esas leyes, la rebeldía no sólo está prohibida, sino que es imposible.
Podemos desconocerlas o no conocerlas siquiera, pero no podemos desobedecerlas porque constituyen la base y las condiciones mismas de nuestra existencia. Nos envuelven, nos penetran, regulan nuestros movimientos, nuestros pensamientos, nuestros actos, de manera que aunque las queramos desobedecer no hacemos más que manifestar su omnipotencia.
* La ley natural
Frente a las leyes naturales no hay más que una libertad posible: la de reconocerlas y de aplicarlas cada vez más, conforme al fin de la humanización, tanto colectiva como individual que persigue.
La libertad consiste únicamente en esto, que obedece a las leyes naturales, porque las ha reconocido él mismo como tales y porque le hayan sido impuestas exteriormente por una voluntad extraña, divina o humana cualquiera, coelctiva o individual.
* Reproducción del modelo
El Estado no se llamará ya monarquía, se llamará República, pero no dejará de ser Estado, es decir, una tutela oficial establecida por una minoría, de genio o de talento, virtuosos, para vigilar y para dirigir la conductade esa gran e incorregible niño: el pueblo.
Los profesores de escuela y los funcionarios se harán republicanos; pero no serán por eso menos pastores y el pueblo permanecerá siendo un rebaño.
* Una opinión diferente a la opinión de la burguesía capitalista norteamericana de principios de siglo XX sobre Italia.
Italia fue la primera que resucitó y aplicó aplicamente el principio de la libertad en Europa y que dio a la humanidad sus títulos de nobleza: la industria, el comercio, la poesía, las ciencias positivas, el librepensamiento.
Aplastada por tres siglos de despotismo imperial y papas.
En Italia, a pesar de la decadencia existente, que esperamos pasajera, se pueda vivir y pensar libremente, rodeado de un pueblo que parece haber nacido para la libertad. Italia -aun su burguesía- puede mostrarnos con orgullo hombres como Mazzini y Garibaldi.
* Germanofobia (que no alemanofobia)
En todas sus relaciones internacionales, Alemania desde que existe, ha sido lenta, sistemáticamente invasora, conquistadora, ha estado dispuesta a extender sobre los pueblos vecinos su propio sometimiento voluntario: y despues que se ha constituido en potencia unitaria, se convirtió en una amenza, un peligro para la libertad de toda Europa.
* Ética y moral burguesa
La sociedad burguesa, fundada en la moral metafísica, cada individuo, por la necesidad o por la lógica misma de su posición, aparece como un explotador de los demás, porque tiene necesidad de todos materialmente y no tiene necesidad de nadie moralmente.
Por tanto, cada uno, huyendo de la solidaridad social como de un estorbo a la plena libertad de su alma, pero buscándola como un medio necesario para el mantenimiento de su cuerpo, no la considera más que desde el punto de vista de su utilidad material, personal, y no le aporta más que el poder de asegurarse esa utilidad para sí mismo.
He ahí a lo que llega la moral metafísica o burguesa: a una guerra sin tregua ni cuartel entre todos los individuos, a una guerra encarnizada en que perece el mayor número para asegurar el triunfo y la prosperidad de una minoría.
* No puedo ser libre hasta que todos lo sean. La libertad del otro es mi libertad.
La definición materialista, realista y colectivista de la libertad, por completo opuesta a la de los idealistas es esta. El hombre no se convierte en hombre y no llega, tanto a la conciencia como a la realización de su humanidad, más que en la sociedad y solamente por la acción colectiva de la sociedad entera.
No se emancipa del yugo de la naturaleza exterior más que por el trabajo colectivo o social, lo único que es capaz de transformar la superficie terrestre en una morada favorable a los desenvolvimientos de la humanidad, y sin esa emancipación material no puede haber emancipación intelectual y moral para nadie.
No puede emanciparse del yugo de su propia naturaleza más que por la educación.
El hombre aislado no tiene conciencia de su libertad. La libertad no es un hecho de aislamiento, sino de reflexión mútua, no de exclusión sino de alianza, pues la libertad de todo individuo no es otra cosa que el reflejo de su derecho humano en la conciencia de todos los hombres libres.
No soy verdaderamente libre más que cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres. La libertad del otro, lejos de ser un límite o la negación de mi libertad, es al contrario su condición necesaria y su confirmación.
No me hago libre verdaderamente más que por la libertad de otros, de suerte que cuanto más numerosos son los hombres libres que me rodean y más vasta su libertad, más profunda y amplia se vuelve mi libertad.
Amor real
El amor verdadero, real, expresión de una necesidad mutua e igual, no puede existir más que entre iguales. El amor del superior al inferior es el aplastamiento, la opresión, el desprecio, el egoísmo, el orgullo, la vanidad
triunfante en el sentimiento de grandeza sobre el rebajamiento ajeno.
El amor del superior al inferior es la humillación, los terrores y las esperanzas del esclavo que espera de su amo la desgracia o la dicha.
Metafísica moderna y post-moderna
Los metafísicos modernos, a partir del siglo XVII, han tratado de restablecer la moral, fundándola no en dios, sino en el hombre.
Por desgracia, tomaron por punto de partida, no al hombre social, vivo y real, que es el doble producto de la naturaleza y de la sociedad, sino el ayo abstracto del individuo, al margen de todos sus lazos naturales y sociales, aquel mismo a divinizó el egoísmo cristiano.
La conquista del pan
La humanidad ha realizado un gran progreso desde las edades de las cavernas donde se vivía de la caza, hasta la actualidad. Entonces surge la pregunta: ¿si somos tan ricos por qué tanta miseria?.
Los socialistas responden, por que todo lo necesario para la producción ha sido acaparado por unos pocos a lo largo de la historia. Cada descubrimiento, cada progreso, tiene su orígen en el conjunto del trabajo manual y cerebral, pasado y presente.
Entonces, ¿qué derecho asiste para apropiarse de la menor partícula de ese todo y decir esto es mío y no vuestro?.
El suelo pertenece a minorías que impiden al pueblo el cultivarlo según las necesidades modernas. Las minas pertenecen a unos pocos que limitan la extracción de carbón, o la prohíben, si existe una condición más ventajosa para sus capitales.
Y estallan guerras por el control de los mercados. Ante esto "todo es de todos" puesto que todos han trabajado en la medida de sus fuerzas y es imposible determinar la parte que pudiera corresponder a cada uno en la actual producción de riquezas.
Comunalismo y expropiación.
La propiedad privada debe pasar a propiedad común. El bienestar de todos como fin, la expropiación como medio.
La expropiación, no obstante, no puede llegar por vía legislativa, ni por decretos, sino tan sólo por la toma inmediata de la posesión de los medios para garantizar la vida de todos. Tomar posesión de los graneros de trigo, de los almacenes testados de ropa y de las casas habitables. No derrochar nada y organizarse para llenar los vacios.
Salario, propiedad y transición al comunalismo
El salario ha nacido de la apropiación personal del suelo y de los instrumentos para la producción de algunos. Era la condición necesaria para el desarrollo de la producción capitalista.
Sin embargo, el puente, por cuyo paso pagaban en otro tiempo los transeúntes, se ha hecho de uso común. El camino, por el que se pagaba a tanto la legua, ya no existe más que en Oriente. Los parque y jardines abiertos para todos.
Auto-organización y asociación libre
La humanidad intenta libertarse de toda especie de gobierno y satisfacer sus necesidades de organización, mediante el libre acuerdo entre individuos y grupos que persigan los mismos fines. La humanidad tiende a reducir a cero la acción del Estado, al considerarla personificación del monopolio y la opresión.
Una sociedad fundada en la servidumbre podrá conformarse con la monarquía absoluta, una sociedad basada en el salario y explotación de las masas por los detentadores del capital se acomoda en el parlamentarismo. Pero una sociedad libre que vuelva a entrar en posesión de la herencia común tendrá que buscar el libre agrupamiento y la libre federación.
Adoctrinamiento
Toda nuestra educación, desde la enseñanza de las tradiciones romanas hasta el código de Bizancio y las diversas ciencias profesadas en las universidades, nos acostumbran a creer en el gobierno y en las virtudes del Estado.
Para mantener este prejuicio se han inventado y enseñado sistemas filosóficos, dictado leyes, escrito columnas enteras a discusiones parlamentarias, cuando diariamente se hacen millones de tratos, sin que intervenga el gobierno, basados en la confianza mútua.
Educación y ética obrera. Reformación.
Necesitamos organizarnos de tal manera, que cada ser humano, al venir al mundo, pudiera estar seguro de aprender un trabajo productivo, acostumbrarse a él y después de ocuparse de ese trabajo sin rendir cuentas al propietario y al patrono.
Colonización y expolio por la opulencia.
Fijaos un poco en la Edad Media, en la que comienzan a surgir grandes fortunas. Un barón feudal se ha apoderado de un valle fértil. Pero mientras esa campiña no se pueble, nuestro barón no puede llamarse rico. ¿Qué va a hacer nuestro barón para enriquecerse?. ¡Buscar colonos!.
Entonces acuden a las tierras del barón los miserables; trazan caminos, desecan pantanos, levantan aldeas. A los nueve años, el barón les impondrá un arrendamiento, cinco años más tarde cobrará tributos, que duplicará después y el labrador aceptará esas nuevas condiciones porque en otra parte no las hallará mejores. Y poco a poco, la miseria campesina se convierte en manantial de riqueza para el señor y toda una piara de usureros.
Sentido de la expropiación
La expropiación debe comprender todo cuanto permita apropiarse el trabajo ajeno. No queremos despojar a nadie de su gabán, si no devolver a los trabajadores todo lo que permite explotarlos.
Reformismo y burocracia
El colectivismo introduce modificaciones sin dejar de mantener el salario. Sustituye al patrono por el Estado. Son sus delegados quienes se encargan de la gerencia de la industria. El trabajo del peón no es a los ojos del colectivista más que un trabajo simple. Por eso, el sabio, el artesano, etc... realiza un trabajo compuesto y tiene derecho a percibir un jornal más elevado. Pero todos ellos son funcionarios del Estado.
El antiasalariado
El mayor servicio que la próxima revolución podrá prestar a la humanidad será el de crear una situación en la cuál haga imposible e inaplicable todo sistema de salario.
Guillotinismo
Primero se guillotinó a los herbertistas, no tardaron en seguirlos los dantonianos. Si el orden queda restablecido, los colectivistas guillotinarán a los anarquistas, los posibilistas a los colectivistas que a su vez serán guillotinados por los reaccionarios.
Conciencia social de clase. Desplazamiento del poder y transcurso de la historia
En 1798-1793, los labriegos franceses emplearon cuatro años en abolir definitivamente los derechos feudales y los burgueses en derribar la monarquía. No lo olvidemos, y esperemos ver a la revolución emplear cierto tiempo en desenvolverse, y no caminar al mismo paso en todas partes.
Al hacer Francia su revolución burguesa del siglo XVII, fue más lejos que la Inglaterra de 1648.
El mundo rural contra la ciudad
París consume cada año 350.000 bueyes y vacas, 200.000 terneras, 300.000 cerdos y más de 2.000.000 de carneros. Necesita 8 millones de kilos de manteca y 172 millones de huevos. Las harinas y los cereales llegan de los Estados Unidos, Rusia, Hungría, Italia, Egipto y las Indias.
Para los autoritarios, abastecer a París no presenta gran dificultad. Primero crearían un gobierno fuertemente centralista, armado con órganos de coerción. Ese gobierno mandaría hacer la estadística, dividiría el país en distritos de alimentación y tal cantidad se transportase a tal sitio, lo recibiese tal funcionario, se almacenase en tal almacén.
Eso sería la insurrección general: la guerra de las aldeas contra las ciudades. En 1793 el campo sitió por hambre a las grandes ciudades y mató la revolución. Y no fue por falta de cereal. Despues de haber tomado posesión de las tierras señoriales, los campesinos burgueses no quisieron vender su trigo por asignados.
Lo guardaron esperando el alza de los precios. ¿Pero qué se le ofrecía a los cultivadores del campo a cambio?. ¡Asignados!, unos papeluchos cuyo valor bajaba de día en día. Lo que debe ofrecerse al campesino no es papel, sino la mercancía que necesita inmediatamente: la máquina, el vestido, la lámpara, el petróleo, la pala, la azada, el arado y en definitiva todo de lo que carece el labriego.
Envíe la ciudad a la aldea y no a comisarios con fajas rojas para comunicar el decreto de entrega de provisiones a tal sitio. Sino que los haga visitar hermanos y amigos para decirles ¡traednos nuestros productos y coged de nuestros almacenes toda la manufactura que os plazca!.
Antirracismo
Estando cimentada toda nuestra civilización burguesa en la explotación de las razas inferiores y de los países atrasados en la industria, el primer beneficio de la revolución será amenazar esta civilización, permitiendo emanciparse a las llamadas razas inferiores.
Huertos urbanos y trabajo manual adulto e infantil.
Es preciso que las grandes ciudades cultiven la tierra, como lo hacen los pueblos rurales. Lo que la biología llamaría "integración de las funciones".
Aprendiendo la horticultura con los hombres de oficio, sin cansancio ni trabajo excesivo, hombres, mujeres y niños estarían satisfechos de aplicarse a las labores del campo.
Expropiación y antiespeculación
El municipio anarquista no edifica con la mira de las rentas. Los monumentos que erija para sus ciudadanos, producto del espíritu colectivo servirán de modelo para la humanidad.
Si el pueblo sublevado expropia las casas y proclama el alojamiento gratuito, la comunidad de las habitaciones y el derecho de cada familia a un alojamiento higiénico, la revolución habrá tomado desde el principio un carácter comunista.
Necesidad de romper con la rutina
Hoy mismo se ven hombres y mujeres que se privan de lo necesario por adquirir cualquier fruslería o proporcionarse un placer, un goce intelectual o material.
Un cristiano, un asceta, puede reprobar esos deseos de lujo, pero en realidad tales fruslerías son precisamente lo que rompe la monotonía de la existencia y lo hace agradable.
Cuando se puede variar las ocupaciones y sobre todo alternar la labor manual con el trabajo intelectual, se está ocupado con gusto y sin fatiga diez o doce horas.
Mientras el escritor considere la blusa y el trabajo manual como un indicio de inferioridad, le parecerá asombroso eso de que un autor componga él mismo su libro con caracteres de plomo.
Voluntarismo
Cuando Inglaterra hacer su gran diccionario de su lengua ha llamado en su ayuda a los voluntarios y mil personas se han ofrecido espontáneamente y gratuitamente para registrar las bilbiotecas y terminar un trabajo eterno en pocos años.
Independencia y autonomía de la literatura, la ciencia y el arte
¿Qué medios tiene el sabio hoy para hacer las investigaciones que le interesan?. ¡Solicitar el auxilio del Estado, que no puede concederse sino al uno por ciento de los aspirantes.
Todas las grandes investigaciones, todos los movimientos revolucionarios de la ciencia han sido hechos fuera de las academias y las universidades.
Acordémonos de la Academia de San Petersburgo rechazando a Mendeleef, de la Sociedad Real de Londres negándose a publicar la determinación del equivalente mecánico del calor de Jouleé, por ser poco científica.
Ciencia al servicio del capital o ciencia al servicio de la humanidad
Se ha ensayado la patente y se conocen los resultados. El inventor la vende por un puñado de pesetas, y el que no ha hecho más que prestar el capital se embolsa los beneficios del invento, con frecuencia enormes.
El privilegio aisla al inventor, le obliga a tener en secreto sus investigaciones, como todo lo autoritario, el privilegio de invención no hace más que entorpecer la industria.
Solanoy y Garadok de San Petersburgo, dispusieron de un taller provisto de herramientas y abierto a todo el mundo; en él se puede disponer gratuitamente de los instrumentos y la fuerza motriz; solo la madera y los metales hay que pagarlos.
Pero los obreros no van allí hasta por la noche, desfallecidos por diez horas de trabajo en los talleres, ocultando sus invenciones a todas las miradas, cohibidos por la patente y el capitalismo.
Arte empírico
Los mejores lienzos de los pintores modernos son aún los que reproducen la aldea, la naturaleza, el valle, el mar. ¿Pero como podrá el pintor expresar la poesía del trabajo de los campos, si sólo lo ha contemplado y nunca lo ha probado el mismo?
Mujer
La mujer también reclama su puesto en la emancipación de la humanidad. Ya no quiere ser la bestia de carga de la casa.
Emancipar a la mujer no es abrir para ella las puertas de la universidad, del foro y del parlamento. Es libertarla del trabajo embrutecedor, conservando tiempo de sobra para tomar parte en la vida social.
Acuerdo libre
Acostumbrados a no ver más que gobierno, legislación y magistratura, llegamos a creer que sobrevendría el caos si la autoridad desapareciera.
Y sin advertirlo pasamos junto a mil agrupaciones que se constituyen libremente, sin ninguna intervención de la ley.
Los ferrocarriles se han construido a ramales, enlazándose estos entre sí y después, las cien diversas compañías propietarias de esos ramales han tratado de concertarse para hacer concordar sus trenes a la llegada y a la salida, para hacer circular por sus carriles coches de toda procedencia, sin descargar las mercancías al pasar de una red a otra.
Todo esto se ha hecho por acuerdo libre, sin necesidad de un gobierno centro-europeo del ferrocarril. Esto sólo podía imponerlo un gobierno central, dirían algunos, nunca conseguiréis que se entiendan cien compañías de accionistas.
Y dirán: ¿no veis como las compañías de ferrocarriles estrujan y maltratan a sus empleados y viajeros?. Preciso es que intervenga el Estado para proteger al público.
Precisamente el Estado, pretendido bienhechor es quien ha dado ese terrible poder a las compañías. ¿No ha prohibido acaso el Estado a la prensa el mencionar los desastres para no depreciar las acciones?.
Sistema estatal de enseñanza regulado por leyes y tutelado por el ministerio de educación.
¿No veis que con vuestros métodos de enseñanza, elaborados por un ministerio para ocho millones de escolares, que representan ocho millones de capacidades diferentes, no hacéis más que imponer un sistema bueno para medianías, imaginado por un promedio de medianías?.
Vuestra escuela se convierte en universidad de la pereza, vuestra prisión en universidad del crimen.
Liberad la escuela y abolid los grados universitarios, llamad a los voluntarios de la enseñanza, en vez de dictar leyes contra la pereza que no harán sino reglamentarla.
Colectivismo. Sistema condenado al fracaso.
En sus planes de reconstrucción de la humanidad los colectivistas cometen dos errores. Hablan de abolir el régimen capitalista manteniendo dos instituciones: el gobierno representativo y el trabajo asalariado.
Después de haber proclamado la abolición de la propiedad privada -en los medios de producción- y la posesión en común de los instrumentos de trabajo, ¿cómo puede reclamarse bajo una forma u otra que se sostenga el asalaramiento?. Y sin embargo, es lo que hacen los colectivistas al preconizar los bonos de trabajo.
Los socialistas ingleses de comienzos de siglo han inventado los bonos de trabajo, tratando de poner de acuerdo el capital y el trabajo, rechazando toda idea de tocar con violencia la propiedad de los capitalistas.
Con tal de que el bono de trabajo pueda cambiarse por joyas y carruajes, el propietario de casas lo aceptará con gusto en pago del alquiler.
Y mientras la casa habitada, el campo y la fábrica pertenezcan a propietarios individuales de cualquier modo habrá que pagarles por trabajar en sus campos o en sus fábricas y habitar sus casas.
Breve explicación de las tesis colectivistas
Todo el mundo trabaja en los campos, talleres, fábricas, escuelas, hospitales; la jornada de trabajo la regula el Estado, a quien pertenecen las fábricas, la tierra, las vías de comunicación, etc...
Cada jornada de trabajo se cambia por un poco de trabajo que lleve impresa, por ejemplo: "ocho horas de trabajo".
Con este bono puede adquirir en los almacenes del Estado toda clase de mercancías. El bono es divisible, de suerte que se puede comprar una hora de carne, diez minutos de tabaco y cinco minutos de jabón.
Con sus diferencias entre ellos sobre las horas a percibir según cual profesión, o si acaso todos por igual, sus principios son: propiedad colectiva de los medios de producción de trabajo y remuneración de cada uno según el tiempo empleado en producir, interviniendo el Estado en la aparición de conflictos, siendo el régimen político el parlamentarismo, modificado por el mandato imperativo y el referéndum.
Los colectivistas ignoran las consecuencias que debe tener consigo la proclamación de un cambio revolucionario. Olvidan el hecho mismo de abolir la propiedad privada individual de los instrumentos de trabajo tiene que lanzar a la sociedad por vías absolutamente nuevas, que debe de trastornar desde arriba la producción.
Lo mismo en su objeto que en sus medios, que todas las relaciones cotidianas entre individuos deben modificarse desde el momento que se consideren como posesión común de la tierra, la máquina y todo lo demás.
Categorías en el colectivismo
Algunos escritores colectivistas sostienen que una hora de trabajo del ingeniero o del arquitecto, o del médico, debe contarse por dos o tres horas de trabajo del herrero, del albañil o de la enfermera.
Establecer esta división es trazar una línea divisoria entre los trabajadores y los que pretender gobernarlos. Se trata de la aristocracia del saber por encima de la plebe de las manos callosas, la una al servicio de la otra.
Anulación del individuo por la división del trabajo
Dividamos el trabajo, especialicemos cada vez más: tengamos herreros que solo sepan hacer cabezas y de esa manera produciremos más.
En cuanto a saber si el herrero condenado por toda la vida a hacer clavos perderá el interés por el trabajo, Adam Smith no pensaba en nada de eso.
Cuando Say o Sismondi advertían que la división del trabajo en lugar de enriquecer a la nación, sólo enriquecería a los ricos y reducido el trabajador se embrutecería y caería en la miseria, ¿qué propusieron los economistas oficiales?. ¡Nada!. No se dijeron a sí mismos que reducidos a un trabajo autómata el obrero perdería la inteligencia y el espíritu inventivo y que por el contrario, la variedad en las ocupaciones aumentaría más la productividad.
Vigilancia laboral. Miseria intelectual
El ideal de la industria moderna es el niño sirviendo una máquina que no puede ni debe comprender, y vigilantes que le sancionen si distrae un momento su atención. Lo que se ha hecho con el hombre se hará con las naciones. La humanidad se dividirá en fábricas nacionales, cada una con su especialidad.
"No necesitamos obreros que piensen, necesitamos bestias de labor". Economista y Presidente del Consejo de Ministros, Juan Bravo Murillo.
