lunes, 18 de noviembre de 2013

Introducción a la sociedad VI: instituciones sociales: tecnología, economía y sociedad Tecnología, división del trabajo y el trabajo en equipo.

La tecnología

Incluye instrumentos, máquinas y  otros implementos, conocimiento acumulado y técnica requerida. También incluiría el saber tradicional, las habilidades prácticas y donde ello existe, el marco de los principios científicos o conocimientos generales.

Esto quiere decir que la tecnología depende del conocimiento. De nada serviría el petróleo si no se supiera como refinarlo.

Sin embargo, la aceptación de nuevos instrumentos, máquinas o procesos no es automática, sino depende en gran parte de las ideas y valores prevalecientes. Cuando las innovaciones afectan profundamente las concepciones existentes o amenazan los valores establecidos pueden ser rechazadas, a pesar de todas sus ventajas.

En las sociedades grandes y complejas, diferenciadas entre los grupos e individuos en lo que respecta a sus actitudes y reacciones frente a las nuevas y viejas técnicas de producción, los nuevos instrumentos, máquinas o métodos son adoptados, o no, después de una larga lucha entre innovadores, defensores, los que resisten al cambio y los que manifiestan una actitud pasiva o desinteresada. Por ejemplo, en la Inglaterra de la Revolución Industrial, los trabajadores atacaban las máquinas que amenazaban con cambiar su manera de vivir.

En una sociedad pequeña, la aceptación de cualquier invento tecnológico depende de su evidente utilidad, compatibilidad con los valores prevalecientes, su efecto potencial sobre la estructura social y el poder o la persuasión del inventor.


La concepción del determinismo tecnológico

De acuerdo con esta concepción, la tecnología determina inevitablemente los hábitos y maneras de pensar porque los cambios requieren ajustes institucionales y una aceptación cultural.
El más reconocido representante de esta teoría fue Veblen.

Veblen y otros autores suponen que la tecnología contiene las fuerzas dinámicas del cambio social y que otros elementos de la cultura y la estructura social se adaptarían inevitablemente a las nuevas circunstancias creadas por la tecnología.

Si se rechaza el determinismo tecnológico porque se considera condicionado hasta cierdo grado por el contexto social y cultural, a las relaciones entre obreros y patronos, sindicatos y gerencia, no se debe ignorar o reducir al mínimo el impacto de la tecnología sobre la vida social.

La vida familiar es afectada en la medida que los nuevos productos alteran las tareas cotidianas de hombres y mujeres. 

En el plano social-laboral los economistas, industriales y sindicatos discuten sobre las consecuencias de la automatización de la producción.


La división del trabajo

La industrialización ha traido consigo una marcada especialización y división del trabajo, aunque la división del trabajo puede encontrarse en cualquier otra forma de la vida social. No obstante, en las sociedades industriales la divsión del trabajo ha sido tan bien elaborada que el propio Henry Ford definió la producción en serie como: "la reducción de la tarea del obrero a una cadena de ensamble para hacer hasta donde sea posible una sola cosa con un solo movimiento".
La producción en serie es menos conflictiva, ya que cuando se desempeñan diferentes ocupaciones, los intereses, valores e incluso personalidades son frecuentemente afectados. las normas que se comparten pueden disolverse y los lazos que vinculan se hacen más ténues.

No obstante, la división del trabajo también puede ser una importante fuente de solidaridad. La solidaridad mecánica es reemplazada por una solidaridad orgánica fundada en las necesidades mútuas, aunque esta interdependencia nunca es suficiente para mantener unida a una sociedad.
Como señalaba Durkheim, el individualismo, la racionalidad económica y la impersonalidad de la sociedad occidental amenazan gravemente su unidad y coherencia.  El consenso y la solidaridad dependen de la comprensión compartida y los valores comúnes, así como de intereses racionalmente ajustados. Los individuos dejan de tener una fuente de unidad moral, que podría ser suplida perfectamente por el Estado, convertido en un poder moral al que estarían sometidos los hombres y mujeres.

Otra forma que debilita la solidaridad social según Durkheim es la incapacidad del trabajador para hallar un significado a sus limitadas actividades; no pudiendo entender el trabajador su lugar en el esquema de las cosas, siendo incapaz de establecer relaciones importantes con los demás.  La evidencia asequible muestra que el efecto de la división del trabajo y de la creciente mecanización depende en gran medida de la organización social del trabajo y los valores que los hombres atribuyen a la tarea que desempeñan.

En lo que respecta a la organización social del trabajo, se aprecia como en la medida que los vínculos sociales se ven debilitados por los requerimientos impersonales del mercado y la burocracia, los trabajadores pierden los lazos y la comprensión comúnes que hacen satisfactorio su trabajo y le dan un sentido. En tales circunstancias, la rutina, las tareas repetitivas se muestran monótonas e insatisfactorias.

La evidencia empírica demuestra la falta de productividad asociada a relaciones insatisfactorias. Por el contrario, la participación en grupos de trabajo que se mantienen unidos por valores y creencias aceptados, mejoran los sentimientos hacia las tareas, hacia ellos mismos y hacia su patrón.

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