Isban, empresa perteneciente al todopoderoso Grupo Santander dirigido
por Emilio Botín, mantiene un entramado de empresas "cárnicas" que
actúan como Empresas de Trabajo Temporal y la proveen de mano de obra
barata y precaria.
Más de 10.000 trabajadores en todo el mundo son ilegalmente cedidos a
Isban, de forma que para despedir a alguien basta con comunicarlo a la
"ETT" de turno. Sin coste alguno para el banco, por supuesto, ya que
según ellos no se trata de un despido sino de un "cambio de proyecto" en
la empresa "cárnica", que normalmente opta por despedir al trabajador o
cederlo a otra empresa "cliente".
Mediante esta práctica consiguen beneficios millonarios ahorrando en
contratos y despidos, además de mantener decenas de empresas sometidas a
su voluntad. Todas obedecen sus directrices ya que ninguna quiere
perder un "cliente" tan rentable.
Algunas incluso ceden al 100% de sus
trabajadores al banco, tejiendo toda una red mafiosa de subcontratación
ilegal.
El clima de miedo e indefensión que viven los trabajadores de Isban
es absoluto, pues temen quedarse en la calle a la mínima protesta. Esto
facilita la aceptación de jornadas de trabajo surrealistas, horas extra y
desplazamientos obligatorios, horarios y calendario laboral a medida,
categorías y sueldos por debajo de las funciones desempeñadas e
infinidad de tropelías más.
Panel Sistemas es una empresa de tamaño medio cuyas empleadas
atraviesan momentos difíciles.
La directiva se lucra con la cesión
ilegal de trabajadoras, que son enviadas a potentes clientes como Isban
(Grupo Santander).
Pese a los jugosos beneficios, de más de 307.000 euros en 2012, Panel
Sistemas se encuentra inmersa en un proceso de recortes salariales y
despidos masivos no declarados. En los últimos meses, más de 40
trabajadoras han sido despedidas, siempre evitando llegar al tope legal
marcado para iniciar un proceso de ERE.
La plantilla de 440 empleados/as en
2012 ha pasado a ser de 394 trabajadoras. Otras tantas han aceptado
bajarse el sueldo "voluntariamente".
Los numerosos despidos son presentados como "objetivos" por causas de
la producción, sin tener en cuenta que la compañía marcha
perfectamente.
Además, directivos de la empresa reconocen no conocer muy bien las
cifras reales de Panel, y achacan la falsificación de las cuentas a
otros directivos despedidos en lo que parecen ser guerras intestinas por
hacerse con el control de la compañía.
Durante más de un año, Panel Sistemas cedió a nuestro compañero
ilegalmente a Isban (Grupo Santander).
Tras la constitución de la
sección sindical en ambas empresas se notifica inmediatamente al
delegado el "cambio de proyecto", enviándolo de vuelta a Panel Sistemas,
su empresa de origen.
Después de dos meses trabajando en las instalaciones de Panel
Sistemas, el compañero despedido de Isban aún no ha participado en
tareas realmente productivas y acordes a sus conocimientos y capacidades
técnicas.
Recientemente se han producido cientos de despidos irregulares en todo
el grupo Santander, enmarcados en lo que los trabajadores han denunciado
como ERE encubierto. Los servicios informáticos de las oficinas de CSA
Isban y Santander Backoffices (SBGM) han visto su personal reducido en
porcentajes de hasta el 50% en pocos meses. Además, los elegidos para
abandonar el banco han sido los trabajadores menos rentanbles y más
desprotegidos.
El personal externo (trabajadores ilegalmente cedidos),
las madres con jornada reducida y los trabajadores desplazados en el
extranjero han sido los objetivos preferidos para el recorte. Con la
connivencia de gobierno y sindicatos amarillos, la destrucción masiva de
empleo le sale prácticamente gratis al Santander.
Y todo ello pese a que el grupo Santander no sólo no tiene pérdidas,
sino que ha obtenido unos beneficios de 2.255 millones de euros en los
seis primeros meses de 2013, casi un 30% más que en el mismo período de
2012. Una actitud tremendamente hipócrita que choca con la imagen
publicitaria del grupo donde se precian de levantar el país gracias a la
confianza en las personas y el futuro. Se referirán al futuro de las
personas millonarias que nos dirigen al paro y la miseria.
El pasado 25 de octubre la empresa Konecta, participada
mayoritariamente por el Grupo Santander, despedía a una trabajadora por
faltas de asistencia al trabajo acogiéndose a la última contrarreforma
laboral.
Para ello tenían en cuenta la falta al trabajo durante el mismo
día que se producía el desahucio de su vivienda así como diferentes
visitas al médico por enfermedad. El mismo jueves 14 de noviembre se
producía una concentración contra este despido y exigiendo la readmisión
inmediata.
Por si fuera poco, El banco Santander tiene acciones en fondos de
inversión de empresas de armas controvertidas por un valor de 96,72
millones de euros. El producto de esta financiación es armamento militar
de alta tecnología como tanques Leopard, misiles nucleares M45, M51,
ASMP, ICBM y Minuteman, submarinos nucleares Trident y Ohio, uranio de
munición para los tanques Challenger2 y CHARM3, armas de mano, munición
de racimo... Su dinero está manchado con la sangre de las guerras que
sacuden nuestro planeta.
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