Las técnicas para obtener eficiencia a través de la burocracia pueden resultar contraproducentes, generando los males asociados harto conocidos.
El fingimiento perezoso al no existir miedo a perder el empleo, la petulancia que surge en el burócrata cuando el poder y la autoridad se le ha subido a la cabeza, la tendencia a ocultar los procedimientos administrativos a los extraños, la exagerada y estricta adhesión a las reglas que conduce a la rigidez e inflexibilidad.
Una de las consecuencias sociales fue su extensión hacia ámbitos de la vida social que se habían mantenido relativamente libres y al margen de cualquier regímen: las profesiones liberales del derecho y la medicina, la enseñanza superior, la investigación científica....
El médico debe adaptarse a la estructura formal de la burocracia y hacer uso de los asistentes calificados de los que dispone: enfermeras, dietistas, trabajadores sociales, farmaceúticos... . En cierta medida, se convierte tanto en médico como en administrador.
La enseñanza superior se convierte en mercancía comercial que debe producirse de acuerdo con un plan: medida comprada y vendida de acuerdo a unidades establecidas, lo cual conduce a un trabajo superficial, mediocre en todas partes, reducido a una mera existencia estadística, mecánica y con patrones numéricos.
Dentro de las profesiones académicas, los salarios siguen una pauta regular y aumentan con la adquisición de grados. A menudo se llama al doctorado la "credencial del jornalero".
Las exigencias de toda burocracia hace a sus miembros son las mismas: habilidad para trabajar al lado del otro, respeto por las reglas de la competencia técnica. Estos valores y constantes requerimientos que el hombre y la mujer acepta, crea al ser-organización: entrenado, eficiente, leal, suave, restringido, conformista y preocupado por mejorar y salir adelante.
En la selección de personal se escogen personalidades agradables, competentes y amables en lugar de escoger personalidades difíciles con pensamiento independiente, creativo y de imaginación y habilidad poco usuales.
Las diversas consecuencias del desarrollo y difusión de la burocracia y su impacto en la educación, los valores sociales, las prácticas sanitarias y la religión provocaron gran alarma. Indicaron cambios en los valores aceptados y configuraron un mundo diferente y menos atractivo.
No obstante, al utilizar con eficacia los recursos humanos, la burocracia aumenta su contribución colectiva a la sociedad y permite maravillas de la organización, producción y distribución difíciles de obtener con un esfuerzo menos cuidadoso y controlado.
La desorganización social. La conducta desviada.
El estudio de la desorganización va ligado de forma inseparable al estudio de la organización. La desorganización social es un concepto ámplio que abarca variados fenómenos como el conflicto de culturas, el desajuste de los medios y los fines aprobados y otros tipos de contradicciones.
Es por ello que antes de llegar a la desorganización como tal, es necesario hablar de conformidad, sanciones, solidaridad y consenso, normas de conveniencia...
Desorganización: el control social. La conformidad
La sociología debe explicar por qué existe una conformidad general a las instituciones que definen la conducta apropiada o exigida.
Algunas áreas de la conducta permanecen no reguladas y aún dentro de la sociedad totalitaria, el material humano refractario encuentra diversas técnicas para oponerse a la subordinación total.
Solamente si la sociedad estuviese ordenada como un panal o un hormiguero, o si estuviera condicionada como embriones para sus futuros papeles, habría completa conformidad.
La tarea consiste en ver como la conformidad a la costumbre llega a ser un hábito personal o una obligación: cómo la aceptación de la autoridad llega a a ser una parte de la personalidad y como los objetivos socialmente sancionados llegan a ser ambiciones privadas.
Ningún individuo respeta todas las reglas en todo momento. Lo que se trata de ver es como se induce a la gente a seguir los dictados de su cultura.
La socialización
Las coacciones internas que hacen que los hombres obedezcan las reglas de la sociedad, son adquiridas de modo peculiar por cada individuo durante el proceso de socialización que transforma al niño en una persona capaz de participar en la vida social.
La principal preocupación de los sociólogos es por los agentes de socialización y los mecanismos gracias a los cuales se aprenden y llegan a formar parte de la personalidad la conducta social y los patrones morales.
Los agentes de socialización en nuestras sociedades complejas, además de la família, son los medios de comunicación de masas y las escuelas. Estos agentes operan mediante diversos mecanismos, pero llegan a formar parte de los patrones habituales a través de la repetición e imposición.
Estos patrones que refuerzan y mantienen muchos hábitos individuales, son adquiridos siempre en interacción con los demás. Los valores no sólo son aprendidos a través de preceptos, premios y castigos públicos, sino también gracias a la sugestión, implicación y el ejemplo.
En la medida que los rasgos de personalidad son coherentes con las tendencias culturales prevalecientes y permiten una fácil adaptación, ellos contribuyen en forma importante al orden social.
Otro agente de socialización es la preocupación humana por las opiniones de los demás. Los juicios y reacciones que provoca nuestra conducta no sólo contribuye al aprendizaje y la interiorización de las normas, sino también sirve directa y continuamente como instrumento de control social.
David Riesman, en su libro "La muchedumbre solitaria" vincula dentro de un esquema teórico a proposiciones aceptadas relativas a la importancia de la tradición, los valores interiorizados y la interacción social, introduciendo este esquema de análisis al proceso de cambio social.
Su análisis de que la sociedad norteamericana estaba siendo guiada por otros, ha sido discutido por los sociólogos tanto desde el punto de vista teórico como histórico.
Las interpretaciones históricas no resultan fácilmente comprobables y la evidencia está sujeta con frecuencia a explicaciones alternativas. Por eso algunos sociólogos rechazaron el análisis, ya que según afirman, este sólo ofrecía aproximaciones sugestivas en lugar de presentar un cuerpo de proposiciones científicas.
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