lunes, 26 de agosto de 2013

La okupación de tierras en la Corona de Castilla y Aragón. Un derecho firmado por el Rey



En efecto, okupar tierras era un derecho firmado por el Rey para los okupas y, no es que me haya vuelto monárquico de extrema izquierda ni portavoz de la conferencia episcopal. Al fin y al cabo, la historia casi siempre se ha llevado a cabo de la misma manera: "lo nuestro es nuestro y lo vuestro de todos".

Yo se que estas cosas chocan y resultan inauditas en nuestra cosmovisión e interpretación de la realidad, donde la okupación de tierras se considera un delito contra la propiedad privada y la de viviendas "baldías" se puede considerar dependiendo del juez, como un delito contra la propiedad privada o una forma de desobediencia civil.

Las condiciones climáticas y montañosas especiales ibéricas hacían harto complicada por aquél entonces la cosecha. Además los ríos al no ser totalmente navegables eran fronteras entre unas tierras y otras.

Entonces, en esta conjetura siempre se puede elegir entre cooperar o liarnos a ostias y a menudo, las dos opciones eran y son igualmente válidas. En las formas distributivas de las tierras, la Corona otorgaba el señorío de ellas a curas, corporaciones y seglares.

No obstante, en Castilla existía una tradición de propiedad comunal donde las tierras pertenecían al conjunto de vecinos, los cuáles administraban en asambleas concejiles horizontales en nombre de la Corona.

Las tierras de mala calidad se denominaban "baldíos" y se regalaban sin ninguna concesión especial. Se usaban frecuentemente como pastizales. Eran zonas de monte alto y monte bajo.

Se denominaba "derecho de presura" a la okupación de tierra real, con el permiso del Rey.

Se denominaba "derrota de mieses" a la okupación de pastizales y campos de grano, donde el propietario del campo debía permitirlo.

Se denominaba "ejido" a un pastizal para el uso común de los vecinos, aunque los forasteros podían hacer uso de ellas bajo ciertas condiciones.

Indudablemente, esto no se trataba de una maravillosa aldea hobbit donde todos estaban de acuerdo en su concepción maniquea del bién y el mal. La nobleza se creía descendiente de la grandeza visigoda y existieron revueltas campesinas como "los remensas" .

Pd: la idea de que existe una lucha entre el bién y el mal proviene de los cátaros, un movimiento gnóstico proveniente de Bulgaria, hacia el siglo X.




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