A menudo es tan cotidiano en la última etapa de la vida el insulto, la agresión verbal, la descalificación emocional objetiva fruto del sol del verano o la alucinosis alcohólica o la paranoia banal, que uno ya no se sorprende de ver ancianos borderline gritando a las nubes.

Sin embargo, este hombre es un profesional de la descalificación. Es obvio que se trata de un indigente trastornado que no es motivo de mofa o burla, sin embargo, demuestra una hilaridad en su discurso digna de mención y estas cosas, mi persona, tiene la misión de subirlas a los cielos.

En definitiva, se trata de un documento excepcional y único que hará las delicias de todo estudiante de filología, de todo estudiante o profesional de la filosofía y que supondrá una revolución en las nuevas formas de relaciones sociales que ya, desde este mismo momento, se empiezan a vislumbrar.

Recibid un abrazo fraternal,

pinches salvajes policías culeros hijos de la gran chingada lo ve satanás.